La
derecha cruceña se ha mostrado ofendida tras el reciente discurso pronunciado
por el presidente Evo Morales en Tiwanaku en el marco de una feria de producción
y en la que, entre otros, estaba presente el vicepresidente del Banco Mundial.
En
dicho evento el primer mandatario dijo lo siguiente:
“En el oriente
boliviano, donde todo el año se produce, yo digo, solamente por falta de
voluntad podemos ser tan pobres o no podemos tener alimento; mientras en el
altiplano es diferente, si hay helada, si no hay lluvia, si hay granizada no
hay alimento, esa es una verdad; en el oriente, no, [allá] solo por flojos
podemos hambrear”.
La
ministra de Comunicación Social, Amanda Dávila, ha intentado “traducir” estas
declaraciones incluso acusando a la agencia de noticias ANF (que publicó el
discurso) de distorsionar la información; pero las palabras vertidas por Su
Excelencia son muy claras, no dejan lugar a dudas. No hay necesidad de interpretar nada.
Por
supuesto, la derecha está al acecho de estos mensajes subliminales para
ponerlas en la agenda nacional, como globos de distracción masiva, mientras en
las calles se agudiza la escasez de gas licuado y de cemento, a la vez que aumenta la
delincuencia y no hay quién pare la corrupción en las instituciones del Estado.
Pero
también está indignada la gente común y corriente, los cruceños que no votaron
por el MAS y que por esa razón se sienten marginados en el actual “proceso de
cambio”. Consideran ellos estas expresiones como una expresión de racismo y una
muestra más del odio que –supuestamente- el gobernante le tiene a Santa Cruz.
Parlamentarios
de la derecha ya han hecho saber que no lo quieren a Evo en la efeméride departamental
a celebrarse el próximo 24 de septiembre.
Tampoco
los cruceños pobres que no votaron por el Movimiento al Socialismo, porque
entienden que no se puede seguir ofendiendo a una región sobre el supuesto de
que aquí todos nos hicimos ricos destruyendo la Madre Tierra.
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