“Él
mismo está perdiendo el respeto a su persona. [La gente] dice que se está
quemando, que se está aferrando al cargo, [por eso] pienso que él debería
renunciar al cargo de presidente del Comité Cívico, llamar a nuevas elecciones,
y que se elija a una persona del pueblo, que todas las instituciones lo
elijan”, dijo Guamán.
La
polémica surgió luego de que se leyera una carta en la que el ente cívico
invitaba a la presidenta del hemiciclo a una reunión para tratar, entre otros asuntos,
sobre la circunvalación oeste y los canales de drenaje. Esto molestó a algunos
concejales por considerar que la entidad cívica no debería inmiscuirse en los
temas municipales.
Sin
embargo, el pedido de Guamán no fue apoyado por ninguno de sus demás colegas,
ni siquiera por el representante del MAS-IPSP. “Nosotros como concejales
estamos en la vida política, no podemos meternos en la vida cívica e
institucional, ni dudar de la legitimidad del ente cívico, ellos tienen sus
normas y sus estatutos”, replicó Ruddy Rodríguez. El honorable Valerio, como ya
se dijo, no se pronunció, pero movió la cabeza en señal de que apoyaba la
posición de su aliado emenerrista, en tanto que Chiquitín Flambury, que representa a la nobleza minereña, se salió
por la tangente.
En abril pasado dirigentes de
diversas instituciones locales hicieron ver la improcedencia de la reelección
de Juan Carlos Arce en la presidencia del Comité Cívico porque, en su criterio,
se había violado los artículos 12 y 13 del Estatuto Orgánico. El Art.
12 dice: “El presidente […] será elegido por un período de dos años”, mientras
que el Art. 13 indica: “El presidente no podrá ser reelecto en forma continua,
sino transcurrido un período sin límite alguno”.
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