Un obrero trabajando en condiciones muy precarias. |
El
presidente del barrio Progreso, Isidro Soto, ha manifestado su preocupación por
la forma como la empresa viene ejecutando los trabajos de reparación y
mantenimiento del sistema de alcantarillado sanitario de esa zona, una obra que
en 2007 colapsó a solo dos años de haber sido entregada y desde esa época ni la Alcaldía Municipal
ni Cosmin han querido asumir responsabilidad alguna, pese a un
contexto de contaminación del medio ambiente que ya hace necesario declarar a
ese barrio como “zona roja” porque está en riesgo la salud de los niños.
“El
trabajo está yendo muy lento, solamente trabaja una persona, estamos
preocupados”, dijo el dirigente vecinal al reiterar que hasta la fecha no saben
qué empresa se adjudicó esos trabajos, quién es el ingeniero encargado de la
reparación y tampoco conocen el contrato. “Hemos visto que han dejado
destapados [los tanques sépticos que se encuentran fuera de las viviendas] y
han botado las aguas residuales a los canales”, añadió.
De
acuerdo a la segunda convocatoria (ya que la primera fue declarada desierta),
el precio referencial para este trabajo era de 161.616 bolivianos y un plazo de
ejecución de 40 días. Es todo lo que se conoce porque al no haberse hecho público
el contrato no hay manera de saber qué rubros e ítems han sido contratados.
En
una inspección efectuada hace poco por este medio escrito se pudo ver a una
persona haciendo labores en un pozo séptico que es donde se concentran las
aguas cloacales y se impulsan hacia la planta de tratamiento. El hombre
trabajaba en condiciones precarias, sin ninguna protección ambiental, de modo
que tenía que pasar horas y horas dentro del pozo respirando toda la porquería
depositada allí. “En Santa Cruz en esta clase de obras nos dan máscaras de
protección”, se quejó el obrero.
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