Progreso
fue una máquina de hacer goles. Buggy
y los suyos festejan el quinto gol, Seco
lo sufre.
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Barcelona
se achica y cae ante Bormi
En
el primer partido, el equipo del barrio Oriental venció de manera incuestionable
a un Barcelona desconocido y que no hizo pie en el primer tiempo, cuando Bormi
prácticamente lo anuló en el campo de juego con un fútbol simple que consistía
en tocar la pelota con criterio. Bajo un sol abrasador y 35 grados de
temperatura, el fútbol de Bormi pasó siempre por los pies de Ronald Justiniano,
añadido a ello el plus que daba Rea bajo los tres palos, en tanto que los
“canchiris” no eran capaces de hilvanar una sola jugada y el único que proponía
algo distinto era Juan Ponce, pero sus intentos terminaban en nada ante una
defensa bien plantada. Al cabo del primer tiempo Bormi vencía por un
contundente 3-0, algo inesperado, considerando que había llegado a las
semifinales prácticamente por la ventana tras ganar en mesa un partido que
había perdido en la cancha. Pero ahora Bormi demostró que se agranda en las más
difíciles. En el segundo tiempo el equipo verde bajó el ritmo y es en los
últimos 20 minutos que Barcelona se acordó de que jugaba una semifinal y
poco a poco fue controlando el juego y logra ponerse 3-4, e increíblemente
Bormi, que goleaba cómodamente, ahora era presa del pánico, pero los “canchiris”
ya no tenían piernas para intentar la hazaña.
Progreso
masacra a 15 de Mayo: 8-3
En
el partido de fondo, Progreso sorprendió a su rival con un ataque demoledor y
efectivo y en media hora construyó lo que terminaría siendo una goleada
histórica, en una tarde feliz para Bugui,
Cema y compañía, mientras que en el
lado contrario los jugadores parecían desorientados, a Seco no le salió una y encima desperdició un tiro penal. Fue
Progreso el que llevó peligro desde el minuto inicial, el impecable césped era
ideal para el buen tratamiento de la pelota y ahí es donde los más creadores
hicieron la diferencia. Fue una tarde de perros para 15 de Mayo, no se entiende
cómo un equipo que pintaba para campeón es humillado de esa manera,
perdiendo por semejante diferencia de goles y encima teniendo a uno de los
mejores arqueros del torneo. A ratos los “naranjas” parecían jugar sin
convicción, sin alma, como si solo lo hicieran por cumplir, o quizás la
explicación sea que apareció el verdadero Progreso, la máquina de hacer goles, el que ahora peleará el
título con Bormi con méritos más que sobrados. Y mete miedo.
Fue
un partido muy accidentado el de Bormi-Barcelona, acalambrados, lesionados,
insolados,
incluso un jugador que “arrojó” en medio partido, como decimos por
estos lados.
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