La
presidenta de Cosmin y el alcalde Freddy Rivero cara a cara.
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Lo
que debía ser la presentación formal de la empresa que construirá el alcantarillado
sanitario en Minero pasó a un segundo plano. Porque resulta que el gobierno
municipal impuso nomás su ley y ha contratado a su propio fiscal de obras, lo
que significa que solo ellos tendrán voz y voto en la “fiscalización” del
megaproyecto, solo ellos tendrán tuición sobre planillas de pago, órdenes de
cambio, contratos adicionales y, lo más importante –el meollo del asunto–, el
control total de la contraparte municipal del 20 por ciento (cerca de 4.500.000
bolivianos), con toda la carga de subjetividad que ello pudiera suponer.
Es
una obviedad, pero al haber contratado unilateralmente a un fiscal de obras la
coalición municipal MIR-MNR-MAS está borrando con el codo el convenio
interinstitucional Alcaldía-Cosmin. Dicho convenio establece que la
fiscalización de la construcción del alcantarillado sanitario tiene que ser
“conjunta”. Ahora ese convenio ya no tendría ningún valor moral.
“Tenemos
el fiscal de obras […] el Ing. Napoleón Aguilera”, anunció al alcalde Freddy
Rivero en la parte final de su discurso en un evento en el que solo se dio el
micrófono a tres personas: al enviado del senador Isaac Ávalos, al Ing. Ramiro
Tirao (jefe de la
Unidad Coordinadora de Proyectos del Viceministerio de Agua y
Saneamiento Básico) y al Sr. Alcalde. En la lista de oradores no se incluyó a
la presidenta de Cosmin, que era lo que correspondía, pese a que, según dijera
Rivero, “este proyecto lo inició Cosmin”.
Aparte
de los personeros de la cooperativa, en el salón de eventos de la Municipalidad solo
estaba presente la oficialidad y, excepto el cronista del blog de noticias
HoyMinero, el resto de la “prensa” eran medios que tienen contratos con la Alcaldía. Sobran los comentarios .
Parecía
un escenario preparado para la consumación de la versión oficial acerca de la
obra. “Lic. Macedonio Cardona, transmita al senador Ávalos [todo] nuestro agradecimiento”, manifestó el burgomaestre, quien luego insinuaría que el aludido parlamentario había dado su aval para que la Alcaldía
licitara por su cuenta la contratación del fiscal de obras.
El
Ing. Tirao a su vez no disimuló su verdadera inclinación al poner sobre el
tapete el final que había tenido el proyecto de Cosmin. “El proyecto de Cosmin
fue descartado en su totalidad y hemos tenido que hacer otro. Esa es la
realidad”, dijo el funcionario gubernamental. Aquí ya no importaba que los
“proyectos” de Consbol y Pirámide S.R.L. sean, como se sospecha, fotocopias
retocadas del proyecto de Cosmin.
En
ese momento las papas quemaban. Los de Cosmin estaban indignados sobre todo con
el Ing. Tirao ya que cuando el alcalde presentó a “su” fiscal de obras él no
había objetado ese hecho. Herida en su orgullo, la presidenta Gloria Becerra se
abalanzó contra Tirao porque en una reunión previa en Cosmin él habría dado su
palabra en sentido de que la contratación del fiscal de obras iba a surgir de
un consenso. “Usted que es del gobierno nacional ha venido a darnos semejante
mentira entonces”, le espetó Becerra al Ing. Tirao.
“Pero
por estas indecisiones no podemos retrasar el proyecto”, contestó el jefe de la Unidad Coordinadora
de Proyectos (UCP). O sea, la construcción del alcantarillado tiene que
comenzar haya o no un fiscal de obras de “consenso”. Tras lo cual Becerra
replicó: “Por qué es la susceptibilidad, porque yo no quiero que se repita la
misma historia del barrio Progreso. Usted podría ir ahora y cerciorarse con sus
propios ojos”.
Tras
ello el alcalde salió en defensa del “derecho” que, según dijo, le asiste de
fiscalizar la contraparte del 20 por ciento “porque tengo a la
Ley Safco sobre mí”. Y dirigiéndose a la
presidenta de Cosmin le dijo: “Si ustedes no quieren recibir esa obra [del
barrio Progreso] no la reciban”. La dama contestó de inmediato: “¿Cómo voy a
recibir una obra que está mal hecha y que no está funcionando?” Esto enfureció
más a la autoridad edil.
Acto
seguido el Ing. Tirao se levantó para retirarse, circunstancia en la cual el
Sr. Alcalde avanzó hacia donde estaba la presidenta de Cosmin y ambos se
colocaron cara a cara, a veinte centímetros uno del otro, con miradas
fulminantes, algunas frases de por medio, máxima tensión, el odio agazapado de
las cohortes aplaudidoras, el oficial mayor llevándose rápidamente a la MAE antes de que pasara lo
peor, el concejal del MNR huyendo del lugar, conocedor por experiencia propia
de lo que es capaz esta señora.
Lo
que siguió fue un intervalo de diez minutos en los que primaron las palabras
subidas de tono, amagos de pugilato y el grupo de choque municipal en estado de
alerta. “Yo no les tengo miedo a ninguno de esos pelotudos de mierda”, gritó
Becerra, al tiempo que el Dr. Carrillo y el Ing. Aldapi se trenzaban en un
duelo verbal aparte, al borde de los puños, de no haber sido la
presencia de cámaras filmadoras. Los de Cosmin querían “colgarlo” más que todo
al Ing. Tirao por su evidente alineamiento con la coalición que gobierna la Comuna. Pero no
desaprovecharon la oportunidad para recordarle algunas verdades al oficial
mayor. “A vos pues [te da lo mismo] porque no sos de este pueblo”, le dijeron.
Y
la cita terminó así, con ambos bandos retirándose a sus propios dominios,
mientras en el aire quedaban flotando sospechas mayúsculas en torno a la
construcción de alcantarillado.
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