jueves, 25 de octubre de 2012

Toyota Hilux: clase política reconoce que se violó la ley pero no ve delito

Oficial mayor justifica el uso del vehículo para transportar a un abogado particular – “No lo hallo nada malo”, dice el honorable Valerio – “[Aquí hubo] delito”, sostiene Guamán – Chiquitín sugiere que si lo llevaban “solo” hasta Montero no hubiera sido ilegal – "Todos cometemos errores", concluye el asesor legal.

La Toyota Hilux: la involucran en varias accidentes no esclarecidos.
La coalición municipal MIR-MNR-MAS y el concejal de los dos tercios consideran que no fue delito haber utilizado un vehículo de la Alcaldía para transportar a un abogado externo (es decir, un abogado particular) en un asunto que no era oficial (trasladarlo hasta su casa), concluyendo, después de un largo debate, que “la sumatoria de errores [sí] termina en un delito”.
El miércoles 10 de octubre, en horas de la madrugada, la camioneta Toyota Hilux protagonizó un accidente de tránsito al colisionar con una vaca en la vía Montero-Warnes cerca de El Naranjal. Dos semanas después, el ejecutivo municipal hace llegar un espurio informe al órgano deliberante que no satisface a los concejales Flambury y Guamán. Este último hace ver que hasta ahora no se tiene noticias del vehículo, no se sabe en qué taller está, ni qué tipo de daños sufrió. Y en el Palacio Consistorial no dan ninguna pista.
En este sentido las versiones del oficialismo no cuadran. Por un lado el oficial mayor, Dr. Osberth Carrillo, indica que el transporte del Dr. Pablo Lijerón hasta la capital cruceña fue autorizado por el ejecutivo municipal debido a que el abogado estuvo trabajando en su oficina hasta las 11 y media de la noche revisando los procesos judiciales que patrocina el municipio. El emenerrista Ruddy Rodríguez a su vez lo único que dice es que el vehículo está asegurado y que por tanto la Alcaldía no gastará un peso en la reparación. El concejal Valerio cae en una serie de incoherencias porque por un lado confunde a la Alcaldía con una empresa privada, añadiendo que “si el alcalde lo autorizó, yo lo veo magnífico […] no lo hallo nada malo”, pero después dice que esa noche estuvo en la supuesta reunión de trabajo hasta las 21:00 horas y lo que haya pasado de ahí para adelante no es de su conocimiento.
La posición de Flambury también es confusa. “El Dr. Pablo Lijerón es un abogado externo. Mi cuestionamiento es por qué la camioneta tenía que salir a las 11 de la noche, y ese abogado debería buscarse su medio de transporte para ir y venir”, dice Chiquitín, pero al mismo tiempo señala que podían haberlo transportado “solo” hasta Montero y de ahí el abogado externo hubiera utilizado un trufi para trasladarse a la ciudad de Santa Cruz. Pero eso no es lo que dice el Art. 26 de la Ley Marcelo Quiroga Santa Cruz.
Guamán es más específico. “El [Dr. Lijerón] no es un funcionario de planta, entonces el municipio no tenía por qué transportarlo hasta Santa Cruz, ahí está el hecho, es ese el delito que se ha cometido”, dice el munícipe opositor. Y amenaza con denunciar al alcalde Freddy Rivero si este destina recursos económicos para la reparación del motorizado. “Si lo hace, entonces ahí va a ver quién es Guamán, ahí Guamán va a actuar”, advierte.
A todo esto el asesor legal del Concejo, Dr. Mario Cárdenas, expresa una posición salomónica: “No se pueden utilizar los bienes del gobierno municipal en actos que no son oficiales; la ley es clara”. Empero, añade él, “todos los que estamos sentados en esta mesa somos humanos, cometemos errores. Espero que este error sirva para que el ejecutivo municipal aprenda y no lo vuelva a cometer”. Y Flambury termina aceptando la tesis del asesor legal. “Todos erramos, pero la sumatoria de errores termina en un delito después”, añade el munícipe de la agrupación ciudadana ASIP.
Sin embargo, no hay dónde perderse, o se cumple la ley o no se la cumple.

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