jueves, 17 de mayo de 2012

Un barrio pone en zozobra a la Alcaldía

17/5/2012.-Momentos de tensión en las puertas de la Municipalidad.

La ira de un barrio puso en apuros a toda la estructura municipal en un problema que, una vez más, dejó al descubierto que necesidades tan básicas como el arreglo de calles no están siendo atendidas por las autoridades locales. Y es justamente eso lo que reclamaban los vecinos del barrio Guaraní, ubicado en la zona oeste de Minero, colindante con los cañaverales de Unagro.
La situación se hubiera desbordado de no haber sido la intervención de un pelotón de policías, mientras que por su lado elementos de choque merodeaban el lugar listos para cualquier emergencia.
Pero hubiera sido el colmo que la Policía reprimiera a los vecinos (cerca de cien), que solamente habían salido de sus casas para exigir que la Alcaldía haga su trabajo, con el agravante de que, tras varios días de lluvia, las calles de ese y otros barrios mostraban un estado calamitoso. “Hubo días en que no pudimos entrar ni salir del barrio”, dijo un manifestante. Una de las pancartas señalaba que los niños de la escuelita “Apiaguaki Tumpa” no participaron en el desfile escolar del 15 de mayo porque simplemente no pudieron cruzar unas calles que estaban llenas de barro. Suena exagerado, pero solo los vecinos saben lo que es vivir en un barrio donde con una aulita algunos directores de la Comuna creen haber hecho una gran contribución a la humanidad.
El barrio Guaraní es, de lejos, el barrio más pobre de Minero y según parece es también el peor atendido.
Los vecinos rodearon el Palacio Consistorial por varias horas. En el interior del edifico había tensión entre los funcionarios y algunos de ellos aprovecharon el caos y la confusión para darse un descanso.
Cerca del mediodía salió el presidente de la OTB, Juan Bellido Rojas, con un documento suscrito por el alcalde Freddy Rivero mediante el cual se comprometía a arreglar la calle principal del barrio, iluminar la cancha polifuncional y regalarles 20 bolsas de cemento y dos inodoros.
Este “acuerdo” exacerbó más los ánimos de los vecinos. No había fechas ni plazos en el documento y además ellos pedían ripio. Por lo que el dirigente tuvo que volver al despacho del Sr. Alcalde a seguir negociando. “No nos dejaremos engañar otra vez, es ahora o nunca”, decía otro manifestante mientras los hermanos D’Alencar, uno intendente y el otro a cargo del proceso de la Carta Orgánica, intentaban calmar a la gente.
Se observó que en la protesta había vecinos de todas las creencias políticas, ya que cuando las calles se llenan de barro quedando absolutamente intransitables, nadie es masista ni emenerrista ni mirista ni verde. “¿Qué hace usted aquí mi compañerita?”, el reclamó Francisco D’Alencar a una vecina, una militante del MNR, y ella contestó más o menos esto: “Ustedes pues nos tienen olvidados; nos utilizan para llegar a la Alcaldía y después no hacen nada por nosotros”.
Juan Bellido volvió a la media hora con un segundo documento cuya redacción era casi idéntica a la anterior, solo se le había añadido la frase “proveerá arena de relleno”. Pero una vez más, sin fechas ni plazos fatales. El Ejecutivo municipal se comprometía a dar “atención inmediata” a las demandas, pero ni eso satisfizo a los vecinos ya que por experiencia propia quizás ellos han debido atravesar alguna vez el laberinto burocrático que existe en la Municipalidad donde, por regla general, las cosas simples las hacen complicadas. Y los vecinos acabaron dispersándose por cansancio, para tranquilidad de los funcionarios municipales.
A la hora de los noticieros la radio oficialista, que no difundió los reclamos de los vecinos, apareció en el éter pidiendo “diálogo” y quejándose de que uno de manifestantes había pateado la puerta de la Alcaldía, mientras que una radioemisora vinculada al sector disidente del MAS criticaba a la coalición municipal por el mal estado en que habían quedado las calles tras cuatro días de chilchi. “¿Para qué pagamos impuestos si ni siquiera arreglan las calles? ¿Dónde se están yendo los recursos económicos? En todos los barrios hay calles en mal estado, y cuando la Alcaldía ha arreglado las calles, más bien las ha fregado (sic)”, se oyó decir al locutor.
Calles intransitables en Guaraní y Los Ángeles, tras cuatro días de chilchi.
A todo esto el ex alcalde Braulio Mamani, que había sido encontrado de casualidad por este cronista, dejaba oír al paso: “Es increíble cómo esta gente no tiene capacidad para atender las necesidades de los barrios”.
Y el actual alcalde a su vez había considerado “justo” el reclamó del barrio Guaraní.

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