domingo, 24 de junio de 2012

Gobierno Municipal se niega a cubrir el costo de una cirugía de cataratas del SSPAM

A este hospital de tercer nivel de Santa Cruz de la Sierra son 
enviados los beneficiarios minereños del SSPAM. Claro, para 
ser atendidos ellos tienen que pagar aunque sean “asegurados”.
A una anciana pobre que quedó ciega le piden 1.200 dólares para operarla de las cataratas. La Comuna recibe primas anuales de Bs 450,80 del IDH por cada uno de los beneficiarios del SSPAM, sin embargo, aún así les cobran a los “asegurados”.

El Seguro de Salud Para el Adulto Mayor (SSPAM) se aplica en condiciones precarias y muy limitadas en el municipio de Minero ya que sus prestaciones se reducen a la provisión de paracetamol, y a veces ni siquiera eso, según ha podido comprobar una paciente cuyo carné de asegurada es el Nº 1560741.
La señora, de 65 años de edad, llegó hace poco al hospital municipal “Mario Daza Cronenbold” virtualmente ciega a causa de una complicación aguda de cataratas en los dos ojos. De allí la derivaron a la clínica Unimax de la ciudad de Montero donde el oculista fijó en 1.200 dólares el precio para devolverle la vista a la “asegurada”.
Para los ricos pagar 1.200 dólares no sería problema, pero para una mujer que se gana la vida vendiendo empanadas en la calle la experiencia se convertiría en un calvario porque pudo vivir en carne propia cómo los políticos están engañando a nuestros abuelos con el SSPAM.
Hace poco el alcalde de Minero se refirió en el barrio Progreso a las “bondades” del SSPAM y mencionó que la Municipalidad corre con el financiamiento de costosas cirugías especializadas.
Pero una cosa es la propaganda política y otra la realidad. El decreto supremo 28968 (Reglamento de Prestaciones y Gestión del Seguro de Salud del Adulto Mayor) promulgado por el presidente Evo Morales el 13 de diciembre de 2006 en el Art. 16 indica con toda claridad que los viejos tienen derecho a recibir atención gratuita en los niveles primero, segundo y tercero.
El Art. 12 señala: “El SSPAM garantiza servicios de salud a todas las personas mayores de 60 años, consistente en […] servicios complementarios de diagnóstico, hospitalización, tratamientos médicos y quirúrgicos y la provisión de insumos y medicamentos necesarios […], de acuerdo a cada nivel de atención”.
Dice el mencionado Art. 16: “Tercer nivel: corresponde a la consulta de especialidad […] cirugías en las diversas especialidades y grado de complejidad; y servicios complementarios de diagnóstico y tratamiento de alta tecnología y complejidad”.
Pero en Minero esta ley no se cumple, pese a que la Alcaldía recibe las primas anuales de Bs 450,80 provenientes del IDH destinadas a cada anciano, y el “Hospital Municipal de Segundo Nivel” acaba siendo un embuste que nada tiene que ver con la realidad, como lo comprobaría la mencionada paciente cuando llegó a ese nosocomio pidiendo que la operen de las cataratas. “La normativa interna nos impide financiar esta cirugía, si lo hacemos, estaríamos malversando recursos del Estado”, le dice fríamente el Dr. Nelson Chávez Llorente, responsable del SSPAM en Minero. “No podemos salirnos del protocolo que nos envía el propio Ministerio de Salud y Deportes”, resume el director del hospital, Dr. Ciro Orellana, quien muestra un catálogo que supuestamente prohíbe las cirugías de cataratas para las personas de la tercera edad.
Llegado el momento, la asegurada en cuestión no pudo beneficiarse ni siquiera con los fármacos que eran necesarios para los dolores posteriores a la cirugía de cataratas. En otras palabras, la paciente quedó librada a su suerte a pesar de que, como ya se mencionó, la Municipalidad recibe Bs 450,80 por cada anciano y es su obligación hacer que las prestaciones del SSPAM lleguen a los ancianos tal como indica la ley.
En Minero actualmente residen alrededor de 1.200 personas mayores de 60 años. La pregunta que cualquiera se haría es: ¿quién o quiénes se están quedando con las primas de 450,80 bolivianos que llegan del IDH y que no benefician a los ancianos? ¿Está pasando acaso lo mismo que con el SUMI?
Esta historia continuará.

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