jueves, 15 de noviembre de 2012

La transparencia no se predica

Acto de la apertura de sobres de la licitación para la construcción del Palacio de los Deporrtes
POR EL VIGILANTE

Las autoridades municipales aseguran que el acto de apertura de sobres es la mejor prueba de la “transparencia” con que supuestamente se desenvuelve la coalición MIR-MNR-MAS. “Aquí está el Comité de Vigilancia, está el concejal Flambury, está la prensa, están todos”, dice un jerarca municipal tras abrir el sobre del único proponente que se presentó hoy a la licitación del Palacio de los Deportes. Por supuesto, si ellos obraran de acuerdo a ley, habrían declarado desierta la licitación ya que sería poco ético que la comisión calificadora recomiende su contratación sin contrastar esa oferta con la de un segundo proponente. Pero es probable que la empresa ImaginaTe, que propuso un precio de Bs 6.495.224 y un plazo de ejecución de 365 días, resulte adjudicada, así como impusieron al fiscal de obras del alcantarillado. Fue un fiscal elegido a dedo y la “licitación” fue una licitación trucha. Pero pisoteando la ley las autoridades municipales se dicen transparentes. Y el hecho es que ni siquiera la presencia de personas probas y sin tacha podría garantizar la transparencia de una apertura de sobres. Seamos claros, presenciar la apertura de sobres no significa nada. Es un circo al que solo asisten representantes de un “control social” sometido al poder municipal, de cohortes aplaudidoras y de medios de prensa funcionales a la Alcaldía. Ya es el colmo, pues, que se ufanen de su “transparencia” porque sus aperturas de sobres son presenciadas por el presidente del Comité de Vigilancia que, como dice la OTB del barrio Víctor Paz, no solo es primo de la máxima autoridad municipal sino que su cargo ha fenecido hace cinco meses y por lo tanto su cargo es ilegal. Transparencia sería que la Alcaldía permitiera el ingreso de veedores independientes en las reuniones reservadas de la comisión calificadora cuyos miembros, dicho sea de paso, son funcionarios municipales, o sea, son las mismas personas que desde hace años vienen recomendado a empresas que, al final, o hacen malas obras o terminan abandonándolas. Pero todos sabemos que la comisión calificadora opera entre cuatro paredes, a puertas cerradas, en secreto, y que el que toma las decisiones es el Responsable del Proceso de Contratación (RPC). A propósito, es lamentable que las OTBs hayan permitido que tantos contratos millonarios hayan estado en manos de un funcionario que no es de Minero. Estos individuos llevan el ama suwa en la solapa solo de adorno. Escucharlos hablar de transparencia provoca risa, porque son discursos falsos, pero no hay manera de ponerlos en su lugar porque han copado todas las instituciones que podrían sentarles la mano. Es increíble que los minereños, con tantas obras mal hechas, no podamos contar con la Fiscalía, el Ministerio de Transparencia y la Contraloría. Ahí está el pavimento de Villa Mary, abandonado a su suerte, vehículos municipales que desaparecen, un estadio que se cae a pedazos, un hospital mal hecho, ese coliseo abandonado, pero a nadie le importa. En municipios opositores el régimen gobernante ha aplicado velozmente el Art. 144 de la Ley de Autonomías hasta por cosas tan ridículas como la compra de mil litros de kerosén. Acá toda anda bien, todo está perfecto, no se molesten en venir. Pero algún día, cuando en nuestro país se restablezca el estado de derecho, aquellos revolucionarios de papel que hoy están haciendo quedar mal al proceso de cambio, pero sobre todo al compañero Evo, tendrán que rendir cuentas de sus actos. La justicia tarda, pero llega.

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