Acto de la apertura de sobres de la licitación para la construcción del Palacio de los Deporrtes |
Las
autoridades municipales aseguran que el acto de apertura de sobres es la mejor
prueba de la “transparencia” con que supuestamente se desenvuelve la coalición
MIR-MNR-MAS. “Aquí está el Comité de Vigilancia, está el concejal Flambury,
está la prensa, están todos”, dice un jerarca municipal tras abrir el sobre del
único proponente que se presentó hoy a la licitación del Palacio de los
Deportes. Por supuesto, si ellos obraran de acuerdo a ley, habrían declarado
desierta la licitación ya que sería poco ético que la comisión calificadora recomiende
su contratación sin contrastar esa oferta con la de un segundo proponente. Pero
es probable que la empresa ImaginaTe, que propuso un precio de Bs 6.495.224 y
un plazo de ejecución de 365 días, resulte adjudicada, así como impusieron al
fiscal de obras del alcantarillado. Fue un fiscal elegido a dedo y la
“licitación” fue una licitación trucha. Pero pisoteando la ley las autoridades
municipales se dicen transparentes. Y el hecho es que ni siquiera la presencia
de personas probas y sin tacha podría garantizar la transparencia de una
apertura de sobres. Seamos claros, presenciar la apertura de sobres no
significa nada. Es un circo al que solo asisten representantes de un “control
social” sometido al poder municipal, de cohortes aplaudidoras y de medios de
prensa funcionales a la
Alcaldía. Ya es el colmo, pues, que se ufanen de su
“transparencia” porque sus aperturas de sobres son presenciadas por el
presidente del Comité de Vigilancia que, como dice la OTB del barrio Víctor Paz, no
solo es primo de la máxima autoridad municipal sino que su cargo ha fenecido
hace cinco meses y por lo tanto su cargo es ilegal. Transparencia sería que la
Alcaldía permitiera el ingreso de veedores independientes en las reuniones
reservadas de la comisión calificadora cuyos miembros, dicho sea de paso, son
funcionarios municipales, o sea, son las mismas personas que desde hace años
vienen recomendado a empresas que, al final, o hacen malas obras o terminan
abandonándolas. Pero todos sabemos que la comisión calificadora opera entre
cuatro paredes, a puertas cerradas, en secreto, y que el que toma las
decisiones es el Responsable del Proceso de Contratación (RPC). A propósito, es
lamentable que las OTBs hayan permitido que tantos contratos millonarios hayan
estado en manos de un funcionario que no es de Minero. Estos individuos llevan
el ama suwa en la solapa solo de
adorno. Escucharlos hablar de transparencia provoca risa, porque son discursos
falsos, pero no hay manera de ponerlos en su lugar porque han copado todas las
instituciones que podrían sentarles la mano. Es increíble que los minereños,
con tantas obras mal hechas, no podamos contar con la Fiscalía, el Ministerio
de Transparencia y la
Contraloría. Ahí está el pavimento de Villa Mary, abandonado
a su suerte, vehículos municipales que desaparecen, un estadio que se cae a
pedazos, un hospital mal hecho, ese coliseo abandonado, pero a nadie le
importa. En municipios opositores el régimen gobernante ha aplicado velozmente
el Art. 144 de la Ley
de Autonomías hasta por cosas tan ridículas como la compra de mil litros de
kerosén. Acá toda anda bien, todo está perfecto, no se molesten en venir. Pero algún día, cuando en nuestro país se restablezca el estado de
derecho, aquellos revolucionarios de papel que hoy están haciendo quedar mal al
proceso de cambio, pero sobre todo al compañero Evo, tendrán que rendir cuentas
de sus actos. La justicia tarda, pero llega.
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