Foto oficial de la inauguración de las obras civiles del proyecto de alcantarillado sanitario. |
La
ch’alla con champagne y los posteriores abrazos luego de la foto oficial fueron
la muestra más patética de un “día histórico” que no fue feliz para nadie, al
cabo de una ceremonia a la que solo asistieron tres o cuatro OTBs y unas
cuantas decenas de personas, incluidos unos treinta jóvenes de la prepromoción
de la U.E. Eulogio
Arredondo que el honorable Valerio Rodríguez
ha tenido que llevar al lugar del evento con el fin de reforzar la masa
de público. Pero ni con un sorteo de canastotes navideños pudieron atraer más
gente.
En
cierto momento, había más público en el acto de los residentes potosinos, que
justamente se realizaba a esa misma hora, donde el ex alcalde Martín Reynaga
criticó ácidamente a los concejales por no cumplir con su rol de
fiscalizadores. Eso sí –dijo–, ellos son buenos para cobrar puntualmente sus
dietas.
Tras
la foto oficial hubo abrazos entre todos, menos entre el alcalde Freddy Rivero
y la presidenta de Cosmin. La política tiene esos vaivenes ya que solo 15 días
atrás ella misma había posado sonriente junto al alcalde para una foto en la ciudad de
Santa Cruz. Pero ahí no había problema porque esa foto no la estaba tomando ningún medio de prensa.
El
acto de inauguración empezó con dos horas de retraso porque el directorio de
Cosmin había decidido no asistir al mismo y en una áspera reunión con el
ministro se le hizo conocer que ya no iban a participar en la fiscalización.
Esa reunión se efectuó en las oficinas de la cooperativa y ahí estaban todos, el
alcalde y su oficial mayor, la empresa COMSI Ltda., el supervisor, Fedecaas, todos,
menos el fiscal de obras, que se convirtió en el problema sobre el que
finalmente no hubo acuerdo. “Cosmin se hace a un lado de la fiscalización, pues
que lo haga la Alcaldía”, dijo Gloria Becerra quien el 25 de octubre había
suscrito con el alcalde una adenda al Convenio Interinstitucional según la cual
Cosmin iba a financiar el 50 por ciento de la contratación del fiscal de obras
“para no frenar el desarrollo de Minero”. Esta adenda era ilegal porque las
autoridades de la cooperativa no tenían ninguna autorización de la Asamblea de Socios para
comprometer una inversión de 100.000 bolivianos. Pero la inserción de una
comisión de calificación mixta en el documento también había sido ilegal, como
lo reconoció el propio ministro José Antonio Zamora. O sea, iban de una
ilegalidad a otra, con la aparente finalidad de imponer un fiscal de obras
funcional a sus intereses que les garantice la orden de cambio que se requiere
para activar la utilización de la contraparte municipal del 20% (4.600.000
bolivianos).
En
la reunión con el ministro se observó la soledad de la presidenta de Cosmin, en tanto que todos
los demás presentes, incluso el presidente de Fedecaas, en sus intervenciones
mostraban que eran funcionales a la impostura sobre una institución que no solo es pequeña en tamaño sino anímicamente débil y que ya no tenía fuerzas para seguir
luchando. La ley del más fuerte se imponía una vez más.
Era
realmente curioso ver a un ministro del Estado amagando cada cinco minutos con
abandonar la reunión, poniendo a la presidenta contra la pared, presionándola
desde todos los rincones con toda clase de argumentos. Y pese a que en una
reciente carta enviada al ministro denuncian lo que definen como “maniobras” y
“triquiñuelas” del alcalde, volvieron a aceptar una nueva adenda, así como la
enmienda de la cláusula quinta del Convenio Interinstitucional que era lo que
había “sugerido” el senador Isaac Ávalos. Si el anterior fiscal de obras
contratado por la Alcaldía había sido producto del dedazo del aludido
parlamentario, el proceso de contratación del nuevo fiscal de obras se habría
hecho violando todos los procedimientos legales ya que no hay pruebas de que se
hubiera efectuado el acto de apertura de sobres ni que se hubiera conformado la
comisión “mixta”. Además se habría presentado un solo proponente.
“Hemos
sido objeto de burla, ayer firmaron el contrato con el fiscal de obras y a
nosotros ni siquiera nos avisaron”, se quejó Becerra. Pero igual ella decidió
asistir al acto de inauguración, que comenzó cerca de las 12:00 p.m. A diferencia
de los cánticos y la serpentina con que fueron recibidos el ministro y el
alcalde, para la presidenta de Cosmin, que llegó unos diez minutos después, no
hubo tal cosa, y en la tarima evitó ocupar el asiento que había reservado al
lado del alcalde y apareció sentada nada menos que junto al concejal Valerio
pero en la hora que duró el evento ambos ni se miraron, al tiempo que los
concejales Flambury y Guamán aparecieron debajo de la tarima, sin nadie que les
rindiera honores por su condición de autoridades electas, como si fueran
cualquier cosa. Qué humillación.
En
la hora de los discursos la presidenta de Cosmin lamentó la gran ausencia del
público minereño, hizo ver que las diferencias con el alcalde no fueron
resueltas y dejó claramente establecido que Cosmin no tendrá parte en la
fiscalización: “Cosmin deslinda responsabilidades por lo que hubiese en lo
posterior. No seremos partícipes de alguna mala ejecución [de la obra]”,
advirtió Becerra. Sin embargo, no dijo nada sobre la contraparte municipal del
20% ni sobre el proyecto de Cosmin que costó 74 mil dólares y que acabó
desechado, según revelara públicamente el Ing. Ramiro Tirao.
A
su vez el alcalde Freddy Rivero se felicitó porque primera vez que en Minero se
invierten 23 millones de bolivianos en un solo proyecto y dijo que la
utilización de la contraparte del 20% se hará “en caso de ser necesario”, a la
vez que expresó su agradecimiento al presidente Evo Morales Ayma por esa
inversión social.
A
su turno el ministro José Antonio Zamora convocó a las autoridades de la
Alcaldía y de Cosmin a resolver sus diferencias con el fin de evitar
interrupciones durante la construcción de la obra y pidió la
institucionalización de un control social que pueda hacer seguimiento
permanente a los trabajos.
Tras
los discursos vino la hora de la ch’alla con las maquinarias de la
empresa COMSI Ltda. Era notorio que varios personajes no se sentían
a gusto. Según la tradición, la ch’alla es un rito con el que se pide la
bendición de la Pachamama ,
pero con todos los episodios que antecedieron a este “día histórico”, con
violación descarada de los procedimientos legales, con enemigos que se alían para tumbar el Convenio Interinstitucional, con decisiones que se toman entre
cuatro paredes, con asuntos que son dejados en la nebulosa (no se sabe si va el
proyecto de Cosmin o el de Pirámide S.R.L.), ocultamiento de la información, una
cooperativa que no asume aún una posición clara sobre si apoya o no el uso de
la contraparte del 20% y los “intereses” de las partes a las que hizo
alusión el ministro, todo ello configura un futuro incierto en relación con
esta obra. Y la serie de obras abandonadas, colapsadas o mal hechas en estos años no hacen sino alimentar esas sospechas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario