viernes, 14 de diciembre de 2012

Presidente del Comité de Vigilancia confiesa que es primo del alcalde

Autoridades locales en un acto público.

El presidente del Comité de Vigilancia, Gerardo Villarroel, ha confesado finalmente que es primo hermano en primer grado del alcalde de Minero, Freddy Rivero Villarroel, aspecto que siempre fue cuestionado por dirigentes vecinales y políticos de oposición.
Villarroel, quien también reconoce que su cargo ha fenecido el 8 de junio pasado, dijo en su descargo que él no tiene la culpa de ser primo de la primera autoridad edil. “Sí, es verdad, es mi primo hermano. Aquí en Minero la familia es grande. La familia pues no se escoge. Pero el alcalde a mí no me puso a dedo, a mí me eligieron las OTBs”, dijo el dirigente en declaraciones a una radio local.
Algunos dirigentes vecinales consideran que este parentesco familiar sería una de las causas por las que, en su criterio, Villarroel no ha ejercido concienzudamente su rol de vigilante, añadiendo que ello se refleja en la serie de obras inconclusas o mal hechas y que solo han merecido la “coordinación” del Comité de Vigilancia y nunca ha habido siquiera la intención de congelar las cuentas municipales. Sin embargo, dicen ellos, el Comité de Vigilancia no está para “coordinar” con el alcalde de turno sino para vigilar y denunciar lo que se hace mal en la gestión pública.
Por otro lado, Villarroel aseguró que hasta la mitad de enero próximo habrá un nuevo presidente en el Comité de Vigilancia, “pero lo haremos legalmente y de acuerdo a nuestros estatutos y a nuestras costumbres”, dijo, refiriéndose al comunicador social Modesto Aguilera quien recientemente juró para ese mismo cargo después de ser elegido por 12 juntas vecinales, creando así un paralelismo en esa institución de control social.
Una consecuencia visible del paralelismo en el Comité de Vigilancia ha sido, por ejemplo, que en estos días la obra del alcantarillado sanitario se hubiera ejecutado sin la presencia del supervisor ni del fiscal de obra, aspecto que podría haber sido advertido a tiempo y no cuando los tubos ya están bajo tierra, y solo Dios sabe si la empresa constructora está cumpliendo las especificaciones técnicas ya que los profesionales contratados para la supervisión y la fiscalización no se han aparecido por los sitios de trabajo, según han podido constatar los propios vecinos y este medio escrito.

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