En
una carta cargada de soberbia y discriminación, el Concejo Municipal de Minero volvió
hoy a negar información de interés público que en forma escrita solicitara este
medio escrito el pasado 10 de septiembre. Pero además el órgano deliberante
conmina al autor de este periódico digital a presentar “la documentación que lo
acredite como periodista”, en otra afrenta a la libertad de información
consagrada en el Art. 106 de la Constitución.
En
la citada carta del 10/9/2012 este blog solicitó información referida a la construcción
del Palacio Consistorial, así como fotocopias del POA 2013 (la versión completa) y de las actas de
tres sesiones del Concejo. Se trata de documentos de orden público.
El
Art. 97 del Reglamento Interno de los deliberantes indica con toda claridad que
“las actas del Concejo estarán a
disposición de cualquier ciudadano del municipio”, en ninguna parte se
señala que el vecino que las solicite tenga que presentar título académico.
“Cualquier ciudadano” significa cualquier ciudadano.
A
nuestra solicitud del expediente del Palacio Consistorial la presidenta de los concejales,
Prof. Fátima Egüez de Arias, nos responde que “su persona para [recibir esa
información] debe demostrar que es representante de una organización civil,
campesina, originaria, gremial”. Sin embargo, el Art. 5 numeral 16 de la
Ley Marco de Autonomías dice claramente: “Los
órganos públicos […] de las entidades territoriales autónomas facilitarán a la población en general
[…] el acceso a toda información pública
en forma veraz, oportuna, comprensible y confiable”. Población en general
quiere decir cualquier vecino, cualquier persona, cualquier ciudadano. Otra
cosa es que se quiera ocultar la información, lo cual, de ser así, sería más grave todavía.
En
definitiva, de los cinco documentos solicitados el Concejo no ha accedido a
facilitarnos siquiera uno. Y el argumento que esgrimen es llamativo: “Su petición es
inviable porque usted no ha demostrado cuál es el fin legal de su petición”.
Preocupa
pues que el ente “fiscalizador” del municipio ponga tantos obstáculos cada vez
que se le solicita una información que se supone es pública. En el caso de la
construcción del Palacio Consistorial, este medio periodístico solo tiene un
“fin” que es llegar a la verdad histórica de los hechos, no somos fiscales ni
jueces ni políticos para tener un “fin legal”. En un estado de derecho la
verdad sería simplemente la verdad. Hablar de un “fin legal” es solo una chicana
más para impedir precisamente que se llegue a esa verdad.
Finalmente,
se molestan los deliberantes porque en nuestra carta añadimos un recordatorio
del Art. 154 de la Ley Marcelo
Quiroga Santa Cruz, indicando ellos, con sarcasmo y soberbia, que “dicho
artículo no fue instituido para satisfacer apetitos personales”. El punto es
que si viviéramos en un estado de derecho, con absoluta independencia de poderes, con estricta aplicación de la justicia y de las leyes, aquellos
que ahora se niegan a facilitarnos la información solicitada tendrían que
rendir cuentas por incumplimiento de deberes, pero como la coraza protectora
del copamiento de los poderes del Estado al parecer también los cobija a ellos, no temen, y
simplemente se niegan a acatar las leyes que un día juraron cumplir.
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